Los duques de Osuna, señores de Archidona (I)




Para todo aquel que esté más o menos familiarizado con la historia del pueblo y de la comarca, ha escuchado alguna vez el título de "duque de Osuna". Aquí en el pueblo el más conocido es el I duque de Osuna, quien dio permiso para la fundación del convento de la Consolación. ¿Pero quiénes son estos duques? ¿Qué poder tenían en Algaidas? Vamos a intentar hacer un repaso por la historia de esta familia, e intentar explicar cuál era la jurisdicción que tenían sobre estas tierras.

Como casi todas las casas aristocráticas de antigua nobleza, la Casa de Osuna tiene atribuido un origen mitológico, por ejemplo, Pedro Barrantes, el que fuera cronista de los duques de Medina Sidonia llegó a afirmar: "El linaje de los Girones [apellido de la Casa de Osuna] es uno de los más antiguos de España, en tanto grado, que no ha faltado quien aya escrito que vienen de los Geriones, que fueron reyes de España[1]". Por supuesto que esto no tiene ninguna base histórico, y lo más probable es que desciendan de uno de los hijos de Fruela II de León, como otras muchas casas de la nobleza española[2].

Estos Girones fueron ricohombres de Castilla, comendadores de la Orden de Santiago en el reino de León y señores de Cisneros, Villamar, Villarén y San Román. En el siglo XIV, Gonzalo Ruiz Girón casó con María Téllez de Meneses, señora de Villacís, y así es como se formó el apellido Téllez-Girón que con tanto orgullo llevaron los duques de Osuna. El auténtico fundador de esta dinastía nobiliaria fue D. Pedro Girón, un personaje clave en la corte de Enrique IV, que hasta se llegó a rumorear un posible matrimonio entre él y la hermana del rey, la infanta Isabel, más tarde conocida como Isabel la Católica. En 1461 fue nombrado capitán general de la frontera de Andalucía, y un año después logró conquistar a los musulmanes la villa de Archidona, y por ende, Algaidas, que no olvidemos que formaba parte de la villa archidonesa.

Su hijo y sucesor, Alfonso Téllez-Girón, legitimado por el papa[3], fue creado I conde de Ureña en 1464 y a su muerte, fue su hermano Juan quien heredó el condado. Hay que recordar también que estos condes de Ureña eran señores de Archidona, y por lo tanto, disfrutaban de poderes y preventas dentro de la villa, como máximos señores. Así fue como, en 1554, el IV conde de Ureña, D. Juan Téllez-Girón, un hombre culto y piadoso entregado a la administración de sus numerosos bienes, autorizó a fray Baltasar de San Pablo, a fray Sebastián de San Antón y al presbítero Góngora a fundar en el lugar de las Algaidas una ermita de la orden de San Pablo y bajo la advocación de la virgen de Nuestra Señora de la Consolación, entregando una serie de fanegas de tierra como sustento para los tres ermitaños[4].

El I duque de Osuna



Pedro Girón era el hijo primogénito del IV conde de Ureña, y había nacido en Osuna en el año 1537. Desde muy joven disfrutó de un papel destacado en la corte tanto de Carlos I como de Felipe II. Acompañó al por entonces príncipe Felipe a Inglaterra para su matrimonio con la reina María, y más tarde fue también miembro del Consejo de Estado, embajador en Portugal y Roma, y virrey y capitán general de Nápoles. Tuvo también su momento guerrero, cuando participó en la Batalla de San Quintín y resultó herido en un brazo. Tuvo dos matrimonios, el primero del que tuvo once hijos con doña Leonor de Guzmán y Aragón, hija de los duques de Medina Sidonia; y el segundo con Isabel de la Cueva y Castilla, hija de los duques de Albuquerque con quien tuvo un hijo que falleció en la infancia.

En 1562, fue creado duque de Osuna por Felipe II y seis años después este mismo rey creo el marquesado de Peñafiel para el hijo del duque, título con el que a partir de entonces serían conocidos los herederos de la Casa de Osuna. Pedro Girón, en 1566, ateniendo al llamado que le hacía fray Juan Navarro, superior de los franciscanos en Andalucía, dio permiso para que se fundara en la villa de Archidona, partido de la Algaidas, un convento franciscano en el mismo sitio en el que su padre autorizó la ermita de San Pablo. Desde ese momento, los duques de Osuna se convirtieron en máximos patronos del convento y muchas veces corrían a socorrer a los franciscanos ante cualquier eventual problema económico.

Hacia 1577, el duque decidió entregar 15 celemines de tierra al convento y envió una carta a fray Juan de la Cuenca, guardián del convento en aquel entonces, en el que le decía que esos quince celemines eran “un pedazo de tierra que esta a manera de girón en el cortijo del Burriana, que es de mi casa y mayorazgo, en termino de dicha villa, linde don la huerta de dicho monasterio, que es la parte por donde viene el agua”. Pero, como sabia que eso no era suficiente, un año después le entregó al convento una fanega de tierra que iba desde “las peñas de la Alberca Vieja hasta las huertas del convento y desde el tejar de la Acequia baja hasta el juncar”.

Los 110 años que duró la construcción del convento fueron duros, y muchas veces los franciscanos debían recurrir al duque en búsqueda de ayuda. Así por ejemplo, en 1581 el I duque de Osuna ordenó que se entregasen 12 libras de carne a la semana, unos 5 kg aproximadamente, menos en los días de adviento en que serían sustituidos por pescado; y, casi al final de su vida, concedió una pensión al convento de diez reales de plata a la semana para su sustento.

Hasta aquí la entrada de hoy, en la que hemos analizado el origen de la Casa de Osuna y la implicación del I duque en el convento, pero no fue el único que colaboró, ya que sus descendientes fueron personalidades importantes para Archidona, Algaidas y, por supuesto, el convento.



[1] Pedro Barrantes Malodonado. Ilustraciones de la Casa de Niebla. Universidad de Cádiz. 1998. p. 520.

[2] Los duques de Escalona, los marqueses de Villena, los de Villanueva del Fresno, los condes de la Puebla del Maestre, los condes de la Puebla de Montalbán, los condes de Ureña y duques de Osuna, además de la Casa de Silva y la Casa de Acuña.

[3] D. Pedro, al ser Maestre de la Orden de Calatrava tenía que mantener el celibato, pero tuvo una amplia descendencia con Isabel de las Casas.

[4] OSUNA, C.63,D.20-21. Provisiones reales a Juan Téllez-Girón, conde de Ureña y otros documentos referentes a la fundación y patronato del convento de Nuestra Señora de la Consolación. Archivo Histórico de la Nobleza.


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