Enigmas arqueológicos de Villanueva de Algaidas
En varios posts anteriores, hemos hablado ya del pasado más remoto de
nuestro pueblo, incidiendo en las diferentes culturas que han hecho de nuestro
municipio lo que es hoy en día: el resultado de un mosaico poblacional y cultural enriquecedor. No obstante, son
muchas las lagunas que quedan por cubrir, muchos momentos crono-culturales los
que restan por investigar y, en definitiva, muchos enigmas arqueológicos por
resolver.
La investigación arqueológica, propiamente dicha, ha brillado por su
ausencia en nuestro municipio. Parece
evidente (aunque no debiera ser así), que el pasado arqueológico de nuestro
pueblo siempre ha pasado desapercibido y, por ello, no se han realizado labores
de investigación arqueológica por parte de profesionales, a excepción de
honrosas y contadas ‘excepciones’. Las únicas labores de excavación
arqueológica realizadas en las inmediaciones de nuestro pueblo se han llevado a
cabo en la Necrópolis de Alcaide (perteneciente a Antequera) mientras que en
Algaidas sólo se han realizado prospecciones de carácter superficial
encaminadas a la búsqueda de ‘tesoros’, objetos de valor y, en su caso, el
hallazgo fortuito de artefactos del pasado. Sin embargo, gracias a estas
labores realizadas por lugareños y algún que otro entendido en la materia.
conocemos un poco de la evolución histórica de nuestro municipio.
Como ya hemos dicho en posts anteriores, las evidencias más antiguas
de poblamiento en nuestro municipio se remontan al Calcolítico o Edad del
Cobre, allá en la Prehistoria reciente. Sin embargo, desconocemos si hubo
evidencia humana en Algaidas anterior a dicha época ya que no se ha investigado
la zona, no se han realizado prospecciones arqueológicas en profundidad ni se
ha rastreado el territorio en búsqueda de evidencias arqueológicas. Es una
hipótesis que no podemos descartar, teniendo en cuenta que en los municipios
cercanos de Cuevas Bajas, Archidona o Antequera se ha constatado sobradamente
la evidencia humana desde el Paleolítico y, posiblemente, nuestro municipio
tuviera un origen mucho más remoto del que creemos. ¿Qué nos lleva a pensar
eso? Tierras fértiles, abundancia de agua, materia prima para la elaboración de
utillaje y territorio proclive al asentamiento (cuevas, abrigos, etc). Sólo una
investigación arqueológica en profundidad, podría confirmar o descartar tal
hipótesis.
Tras la época Calcolítica (3000 a.C. aproximadamente), tenemos un
vacío en el registro arqueológico de, nada más y nada menos que, ¡3000 años
aproximadamente[1]!
Las siguientes evidencias arqueológicas constatadas son ya de época romana,
concretamente, de época altoimperial, en torno al cambio de era. De este
momento son muchos y variados los objetos encontrados, aunque mal estudiados:
restos de cerámica, necrópolis altoimperial, una villa, objetos dispersos, etc.
Es difícil creer que la población del Calcolítico abandonaran estás fértiles
tierras y que, de la nada, aparecieran los romanos para poblarlas. Es lógico
pensar, siguiendo el ejemplo de los municipios cercanos como Antequera,
Archidona, Alameda, Cuevas de San Marcos o el Valle de Abdalajís, que hubiera
una continuidad poblacional y que, tras las comunidades del Calcolítico,
habitasen estas tierras poblaciones ibéricas. Es una hipótesis factible ya que,
teniendo en cuenta la orografía del terreno (cerros, montañas, etc) pudiera
existir algún pequeño santuario íbero aún por descubrir o, posiblemente, ya
destruido. Lo que está claro, a día de hoy, es que los romanos habitaron estas
tierras durante, al menos, 4 siglos ya que hay evidencias poblacionales desde
el siglo I d.C. hasta el siglo IV-V d.C. donde destacan monedas, pequeñas
esculturas y algunas necrópolis bajoimperiales.
Tras el paso de los romanos por nuestras tierras, se nos plantea de
nuevo otro interrogante. ¿Qué pasó hasta la llegada de los mozárabes, siguiente
evidencia poblacional? En este caso, el abanico temporal es más reducido ya que
el último testimonio romano lo tenemos hacia el siglo V d.C y los mozárabes
hacen su aparición en Algaidas hacia los siglos IX-X. ¿Qué pasa en esos 5
siglos intermedios? De nuevo, nos surgen varios interrogantes. En algunos
municipios cercanos, como Villanueva del Rosario o Cuevas de San Marcos se ha
constatado la presencia del pueblo visigodo el cual podría haber poblado
Villanueva de Algaidas. De hecho, son varias las hipótesis formuladas por
historiadores, eruditos y estudiosos en el tema que defienden que los
eremitorios, adscritos actualmente al pueblo mozárabe, fueron erigidos por los
visigodos. Igualmente, la zona que hoy comprende el convento de la Consolación,
pudo haber sido, primeramente una zona de culto ibérica, romana o visigoda y
luego convertirse, con la llegada de los musulmanes, en un reducto mozárabe.
Esto es difícil de comprobar arqueológicamente ya que la zona ha sido
transformada a lo largo de los años y las ermitas rupestres han sido objeto de
actividades antrópicas hasta época reciente. El hallazgo de unas rocas con la
inscripción de cruces así como la propia cruz tallada en la pared de una ermita
podría confirmar el origen visigodo y la existencia de un culto cristiano de
dichas cuevas.
El otro enigma que se nos plantea a raíz de ello es ¿Cuándo aparecen
los primeros musulmanes en Algaidas? Esta pregunta ofrece una difícil respuesta
ya que los hallazgos arqueológicos encontrados, de manera fortuita, nos
enclavan ya en época almohade, hacia el siglo XII. Parece difícil aceptar que
los primeros musulmanes llegaron a nuestro municipio en época tan tardía,
máxime cuando algunos expertos, como el profesor de la Universidad de Málaga D.
Manuel Almansa, ya fallecido. hablaba de
una caserío musulmán en estas tierras, llamo Alkaidak, aunque no se han
encontrado evidencias arqueológicas a tal efecto. Por ello, la Baja Edad Media
algaideña es toda un misterio ya que sabemos que los mozárabes habitaban los
eremitorios, sabemos que hubo presencia, al menos esporádica, de almohades pero
desconocemos más datos de esta época.
Todo se esclarece a partir del siglo XVI en adelante, a raíz de la
construcción del edificio más emblemático de nuestro municipio: el convento de
Nuestra Señora de la Consolación, ya en Época Moderna. Desde esa época hasta
nuestros días, existen menos enigmas históricos, aunque también los hay. ¿Cómo vivió Algaidas la Guerra de Independencia? ¿Cómo se vivieron en nuestro
municipio acontecimientos históricos tan importantes como la Guerra de Cuba o
la II República? De todos esos acontecimientos y otros, tenemos noticias
fragmentarias aunque, en estos casos, quizás el estudio de los documentos y los
archivos nos puedan dar más información que la ciencia arqueológica.
Con todo lo que expuesto aquí queremos concluir lo siguiente: son muy
pocas las certezas y muchos los interrogantes que tenemos acerca de la
evolución histórica de nuestro municipio, al menos, hasta Época Moderna. Se
necesita de un estudio arqueológico en profundidad, acometido por profesionales
en la materia, para dar luz a todos esos interrogantes, enigmas que podrían dar
un vuelco a la historia, no sólo de nuestro municipio sino de la provincia de
Málaga. ¡Seguiremos investigando!
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